Monday, April 23, 2007

El Met inagura nuevas salas de arte grecolatino


Cuando llegaron al arqueólogo italiano Luigi Palma di Cesnola (1832-1904), primer director del Museo Metropolitan de Nueva York, fundado en 1870, las primeras piezas de arte clásico con las que se hizo la institución, no sabía que iban a tener que pasar casi 140 años para que estos objetos de arte encontrasen su lugar en el museo.

Mañana 24 de abril se inagura por todo lo alto las Galerías de Grecia y Roma con 5.300 piezas, algunas de las cuales han estado guardadas en el desván de este centro de Manhattan desde entonces. Este proyecto de 220 millones de dólares culmina cinco años de construcción a cargo del arquitecto Kevin Roche y 15 de rediseño y reinstalación para desplegar una de las más extraordinarias colecciones de arte heleno, etrusco y romano del mundo, precisamente ahora que arrecian los vientos de reclamaciones de expolio por parte de los gobiernos de Italia y Grecia.
El director del Museo Metropolitan reconoce que «las galerías de Grecia y Roma son una pieza fundamental de una campaña de construcción sin precedentes de nuevos espacios dentro de un edificio que es histórico, con lo que se hace uso de nuevas metodologías a la vez que se rinde un homenaje a lo antiguo y se invita a nuestros visitantes a mirar el arte clásico de una manera diferente».
Las nuevas galerías situadas en el Ala Lamont del museo (en la sala que está situada a la izquierda desde su entrada principal) se distribuyen en dos espacios para albergar obras que están fechadas entre el año 900 a. C. y el siglo IV d. C. Los mismos objetos permiten trazar un recorrido sobre la evolución paralela del arte griego durante el Período Helénico y el Arte del Sur de Italia y Etruria durante esta misma época junto con el legado del Imperio de Roma.
El eje sobre el que giran las galerías es la Plaza Leon Levy y Shelby White, donde las piezas de Grecia y Roma encuentran su lugar en un impresionante atrio de dos niveles que ha sido dedicado a los dos grandes benefactores del museo. A juicio de Shelby White, «mi marido, Leon Levy, creía que a través del estudio de civilizaciones pasadas podíamos entendernos mejor a nosotros mismos». Justo en el centro de la plaza se han situado 20 esculturas romanas que datan entre el Siglo I a. C. y el III d. C. Dentro de estas piezas hay que destacar la escultura de «La señora del Mercado», una anciana con un vestido, sandalias y una corona formada por hojas de hiedra. Además, debe mencionarse la colección de retratos de mármol, desplegada en orden cronológico alrededor de la plaza. Un retrato de un niño perteneciente a la aristocracia y realizado en mármol es otra de las piezas más sobresalientes, así como dos esculturas de Hércules, en una de las cuales sujeta la piel de un león sobre su brazo.
El poder de las estatuas
En las galerías adyacentes a la plaza llama poderosamente la atención un conjunto de pinturas murales que sobrevivieron a la terrible erupción del Vesubio del año 79 d. C., así como diferentes piezas de arte del Sur de Italia pertenecientes al período helénico y a Roma del emperador Augusto del siglo I d. C. La apuesta de los bustos de los líderes de Roma deja claro el interés del Metropolitan por estas piezas. Así, dentro de sus salas se han incluido dos estatuas de miembros de la familia de Julio-Claudio en las que también se exhiben, además de las citadas esculturas, un impresionante conjunto de gemas y monedas. Era la forma que tenían de hacer propaganda en el Imperio Romano, sin embargo para este museo será desde mañana uno de sus grandes atractivos, y para los visitantes una pausa exquisita en su paseo por el Metropolitan.

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